Rompiendo con la presuposición y la vergüenza": la clase de Alex García
Cleuza M. M. C. Alonso1
En el día 25 de agosto de 2014, en el Campus de la Universidad Luterana Brasileña - ULBRA en la ciudad de Santa María - RS, fue proferida la conferencia "Persona con discapacidad: el poder, la subordinación y la plena identidad" proferida por Alex García, que es sordociego, con enfermedad rara, en la apertura de la Primera Semana ULBRA de las personas con discapacidad también pronunciando el aula Magna de cursos presenciales y en distancia, para el segundo semestre de 2014. Fue un acontecimiento notable y que provocó emociones en todos los oyentes, encantado por la manera impresionante de Alex ver el mundo, "ver" sin ojos, "escuchar" sin orejas, pero sentir el espacio y la presencia de la gente por su sensibilidad y la comunicación a través del tacto.
Su discurso son de un fuerte cuño político-social, muestreadas a través de una perspectiva crítica, en el sentido de despertar las personas con discapacidad par que no se tornen "pobrecitos", pero si muestrearen sus habilidades a la sociedad que las excluye, a pesar de los fuertes clamores a las cuestiones de inclusión e leyes de accesibilidad. Su charla no tuve bases en lemas de autoayuda, más de un clamor a las personas con discapacidad para ellas muestren lo que pueden e lo que quieren ser y hacer, sin esperar que sintan "peña" por ellas, o que las auxilien puesto que son "pobrecitos".
Impregnado por el término "presupuesto", palabra fuerte varias veces mencionada durante la conferencia y en el supuesto de que las personas ven el diferente con los prejuicios y con precipitados y juicios negativos, a juzgar sin conocer y ver una persona en una silla de ruedas, por ejemplo, piensan, "pobrecito, el no camina," un ciego, "pobrecito, el no ve." Por lo tanto, "Rompiendo con la Asunción y de la vergüenza", Alex García, vino a demostrar su experiencia en la fuerza de voluntad y determinación en la vida.
La "hipótesis" o concepto anticipado constituye una herramienta de control de la sociedad que afecta a todos en el entorno social, a juzgar sólo por las dificultades de la persona con discapacidad, en lugar de apoyarla y animarla en su potencial. Después de la asunción viene la vergüenza de que la persona con discapacidad se siente por no ser como la mayoría de la gente, haciéndola caer en la trampa social terrible, que sirve como un poderoso instrumento de la sociedad para controlar a la gente. Dentro de las teorías acerca de la discapacidad se postula su tratamiento como una construcción social, como todas las peculiaridades psicológicas o físicas de la persona con discapacidad tiene una unidad biológica y no social. Por definición, todos los seres humanos tienen discapacidades, pero la sociedad presupone diferencias entre los compartidos por todos y específica para cada uno, creando la necesidad de tratar a las personas con discapacidad como distinta y en un gesto humanitario, proponen la inclusión de estas personas en un lugar en la sociedad que es legítimamente suyo. Hablase en inclusión, porque se le admite la exclusión.
La exclusión social en este sentido no se trivializa la producción de más asombro o indignación porque ambas las personas excluidas, como incluidas se están acostumbrando a la situación. La inclusión de las personas con discapacidad (PcD) siempre estuvo en la agenda contemporánea del debate educativo, pues tendría como objetivo el acceso a los bienes culturales como un derecho de ciudadanía que respete sus necesidades de accesibilidad física y cognitiva, no sólo con la eliminación de barreras arquitectónicas, tecnológica y muebles, pero también con la búsqueda de soluciones, tecnologías de apoyo, que permiten diferentes caminos de aprendizaje para su autonomía social y política, es decir, la necesidad de crear oportunidades para las personas con discapacidad, demostrando lo cuánto es suficiente y no suficiente.
El rescate de la dignidad de la persona con discapacidad significa la búsqueda de la comprensión de sus niveles multiculturales y la cultura democrática a través de su inserción social libre de los prejuicios y la inclusión social y que reconozca las diferencias entre las personas con la complementariedad, por tanto, el reconocimiento de las diferencias culturales en su pluralidad será posible construir una nueva ética.
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1 Profesora Dra. Cleuza Maria Carvalho Maximino Alonso, Coordinador de Educación de la Universidad Luterana Brasileña - ULBRA / Santa Maria, RS.